La primera causa patológica en la cual la Educación Positiva no funciona es el llamado «Trastorno Atencional con Hiperquinesia», antes conocido como Disfunción Cerebral Mínima. Los niños que sufren Trastorno Atencional son dispersos, con dificultades para mantener una atención sostenida en lo que hacen como: seguir el desarrollo de la clase en el colegio o concentrarse en los deberes u otra función en su casa. Generalmente, los padres deberán repetirle una orden varias veces y tendrán la impresión de que no los escucha ni les presta atención.
Se trata de niños que responden en forma precipitada e interrumpiendo a otras personas, la mayoría de las veces, sin esperar su turno en sus juegos, en sus tarea s o en una conversación.
Hiperquinesia significa excesivo movimiento o hiperactividad. Se manifiesta en que el niño presenta dificultades para permanecer sentado o ser perseverante. Por ejemplo, se levanta permanentemente de su asiento en clase; no termina una tarea, pero empieza otra diferente, que probablemente también dejará inconclusa; frecuentemente pierde cosas como: útiles escolares, juguetes, prendas de vestir, etcétera.
Un niño hiperquinético también muestra con frecuencia la tendencia a practicar actividades físicas peligrosas, sin medir los posibles riesgos.
Aunque muchos de ellos han sido evaluados, mostrando un muy buen nivel de inteligencia, lo más probable es que tengan bajas calificaciones en el colegio, con rendimiento inadecuado en clase, malas conductas y motivando quejas de sus maestros.
El Trastorno Atencional con Hiperquinesia aparece en muchos niños asociado a trastornos de conducta: dirán mentiras, cometerán actos de robo, se mostrarán peleadores y con pocos amigos, así como desafiantes y contestadores frente a las figuras de autoridad.
Los que presentan esta patología deberán ser llevados a consulta con un especialista.
Fuente: «Ternura y firmeza con los hijos» – Dr. Alexander Lyford-Pike
También explica el autor: Es importante enfrentar esos casos con la mayor rapidez posible, porque, en general, suelen alterar toda la dinámica familiar y, por imitación, hijos menores sanos tenderán a reproducir las conductas distorsionantes de un hermano con problemas patológicos.
En estas ocasiones se investigará si las conductas patológicas de los niños son generalizadas en todos los ambientes donde se desenvuelven o si se presentan exclusivamente dentro de la casa o en forma más o menos acentuada en ese y otros entornos.
El asesoramiento sobre la dinámica familiar es, en esas situaciones, de capital importancia, siendo, además, imprescindible determinar si existen patologías -crónicas o transitorias- en alguno de los padres.